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El mudra Varada o Caridad no es sólo un bello motivo artístico; es el símbolo vivo de la compasión y la acción ética budista.
Al recordarnos el valor sagrado de dar, llama a los practicantes a abrir sus corazones, aliviar el sufrimiento y realizar un mundo moldeado por la bondad y la abundancia.
El Buda del Nirvana es el símbolo perdurable de la esperanza del budismo: la posibilidad viva de que, independientemente de nuestras luchas u orígenes, se pueda lograr la libertad definitiva del sufrimiento.
En el arte, los rituales y la atención plena diaria, el ideal del Nirvana continúa guiando, reconfortando y despertando a quienes buscan la felicidad más elevada: la liberación misma.
Lleve calidez y presencia tranquila a su hogar este invierno con una estatua de Buda de madera, cuidadosamente colocada para combinar con el ambiente de su espacio.
Descubra por qué la gente recurre a las estatuas de Buda a la venta en noviembre para aportar calidez, calma y significado a sus hogares durante el comienzo de la temporada de invierno.
El budismo enfatiza la impermanencia sobre la idea de un alma porque ve el apego a la permanencia como la raíz del sufrimiento y el engaño espiritual.
Al darse cuenta de que todo es transitorio (incluido uno mismo), uno despierta a la verdad de la existencia, cultivando la ecuanimidad, la sabiduría y la liberación en el flujo siempre cambiante de la vida.
Agregue calidez y tranquilidad a su hogar esta temporada con una estatua de Buda de bronce, perfecta para luz suave, espacios tranquilos y momentos diarios de calma.
El budismo centra la impermanencia como la realidad que define, enseñando que la verdadera felicidad y libertad surgen no de aferrarse a un alma eterna, sino de abrazar el hermoso y cambiante flujo de la existencia.
La impermanencia se convierte en el camino, disolviendo barreras y remodelando la vida con cada respiración, ofreciendo consuelo y sabiduría a todos los que miran profundamente.
El Buda de la Iluminación (Bhumisparsa) es mucho más que una figura histórica: es un símbolo viviente de determinación, verdad y despertar espiritual.
Al conmemorar el instante en que Buda tocó la tierra, este mudra invita a todos a encarnar el coraje, la firmeza y la posibilidad universal de la iluminación.